El susurro en el patio de recreo, la nube en el baño, la historia de Snapchat que presume de vapor saborizado: la presión social en torno al vapeo no es una fuerza monolítica. Se disfraza de género, aprovechando las expectativas sociales, las luchas de identidad y el marketing dirigido para atraer a los jóvenes al consumo de nicotina. Comprender estas diferencias no es solo académico; es esencial para diseñar estrategias de prevención eficaces.
1. Socialización y redes sociales: La arquitectura de la influencia
La presión social opera a través de la propia estructura de las amistades y las jerarquías sociales, que están profundamente marcadas por el género:
- Redes femeninas: Homofilia y vínculos estrechos
Estudios realizados en secundaria revelan que las chicas que vapean tienden a agruparse en círculos sociales muy conectados. Las mujeres vapeadoras muestran una homofilia significativamente mayor (lo que significa que forman vínculos más fuertes con otros vapeadores) en comparación con los hombres. Esto crea cámaras de eco que se refuerzan mutuamente donde el vapeo se convierte en un ritual normalizado de conexión. El acto compartido (p. ej., «vamos a vapear un rato») refuerza la identidad grupal, haciendo que el rechazo se perciba como una traición social. - Redes Masculinas: Charla Tecnológica y Búsqueda Competitiva de Nubes
Entre los chicos, la influencia de los pares a menudo se centra en la experiencia con dispositivos y la producción de nubes. Vapear se presenta como un pasatiempo técnico («mira este nuevo mod») o una hazaña competitiva («Puedo crear nubes más grandes»). Los influencers masculinos en plataformas como Instagram se centran abrumadoramente en las especificaciones de los dispositivos y los trucos de vapeo, no en la apariencia personal. La presión se manifiesta en burlas por «no estar al día» con el equipo o las habilidades. - Jóvenes LGBTQ+: Santuario en el Riesgo Compartido
Para los jóvenes queer, los círculos de vapeo a menudo sirven como espacios seguros tácitos. Con el 56% de los estudiantes LGBTQ+ de secundaria probando cigarrillos electrónicos (frente al 49.8% de sus compañeros heterosexuales), el uso compartido se convierte en un mecanismo de unión contra el estigma externo. La presión no es solo «prueba esto»; es «hacemos esto juntos para sobrellevarlo». 2. Salud Mental y Afrontamiento: Los Caminos del Estrés Divergen
¿Por qué los jóvenes empiezan a vapear? El «porqué» está profundamente marcado por el género:
- Niñas y Mujeres Jóvenes: El Ciclo de Presión y Afrontamiento
El aumento del consumo de sustancias entre las mujeres en Kenia y Taiwán está directamente relacionado con la gestión del estrés: presión académica, ansiedad por la imagen corporal e incertidumbre futura. El vapeo se les presenta como una herramienta para controlar el estado de ánimo: «Un momento de calma en un día ajetreado». Los grupos de pares amplifican esta idea al presentar el vapeo como una forma de autocuidado («Fumar me ayuda a relajarme después de los exámenes»). Negarse puede etiquetar a alguien como «incapaz de manejar el estrés». - Chicos: Mejora del Rendimiento y Enmascaramiento Emocional
La desmotivación cultural hacia la expresión emocional masculina lleva a los chicos a vapear como una ayuda para el rendimiento. Sus compañeros promueven la nicotina para «concentrarse durante los juegos» o «ganar confianza en las fiestas». ¿La presión? «Los hombres de verdad no se agobian, se excitan». - Adolescentes LGBTQ+: Vapeo como Respuesta al Trauma
Con casi un tercio de los adultos LGBTQ+ reportando trastornos por abuso de sustancias (frente a aproximadamente el 20% de los heterosexuales), vapear se ha convertido en una automedicación comunitaria contra el estrés de las minorías. Los pares rara vez presionan abiertamente; la idea común es: «Todos necesitamos esto para sobrevivir en un mundo hostil».
3. Marketing y Medios: Normas de Pares Diseñadas
La estrategia de las grandes tabacaleras explota los estereotipos de género para hacer que vapear parezca inevitable:
- Influencers como Representantes de Pares
Las influencers de Instagram con apariencia femenina sexualizan abrumadoramente el vapeo, posando con dispositivos como accesorios de moda. Sus pies de foto enfatizan la belleza, el atractivo y la relajación, vinculando el consumo de nicotina con el atractivo femenino. Para las chicas, esto crea la ilusión de que «todas las chicas guapas y geniales vapean». - Guerras de Sabores de Género
Antes de las prohibiciones, los sabores «femeninos» (fresa, mango) dominaban los vapeadores desechables. Estos no fueron accidentales: señalaban feminidad e inclusión. Mientras tanto, los sabores «masculinos» (tabaco, mentol) enfatizaban la audacia. Los grupos de pares se hicieron eco de esto: «¿Sabores dulces? Eso es cosa de chicas». - La Trampa del Arcoíris
Los eventos y espacios LGBTQ+ son sistemáticamente atacados por marcas de vapeo que patrocinan festivales del Orgullo o influencers queer. Esto enmarca el vapeo como parte de la cultura queer, haciendo que el rechazo se sienta como una traición cultural.
4. Vulnerabilidades Interseccionales: Raza, Clase e Identidad
La presión de grupo se intensifica donde las identidades se superponen:
- Raza y Género
Las chicas lesbianas negras reportan un uso actual de cigarrillos electrónicos del 18,2% (frente al 7,1% de las chicas heterosexuales negras). ¿Por qué? El racismo, el sexismo y la homofobia crean factores de estrés únicos, y los círculos de vapeo ofrecen refugio. Compañeros en situaciones similares validan el uso como resistencia: «Nos odian de todas formas, ¿por qué no?». - Estrés económico
Los adolescentes de bajos recursos se enfrentan a la presión de grupo que se aprovecha de los mitos sobre el precio («¡Los pods son más baratos que la terapia!»). En realidad, el vapeo los encierra en costosos ciclos de adicción, lo que agrava la desventaja.
5. Rompiendo el ciclo: Intervenciones adaptadas al género
Las campañas genéricas de «Simplemente di no» fracasan. Las soluciones efectivas deben abordar los puntos de presión de género:
- Para niñas y mujeres jóvenes
→ Grupos de salud mental liderados por pares que enseñan resiliencia al estrés sin sustancias.
→ Programas de alfabetización mediática que analizan cómo los anuncios de vapeo instrumentalizan el feminismo (p. ej., «Vapea como una jefa»). - Para niños
→ Iniciativas de redirección tecnológica: Canalizar la experimentación con dispositivos hacia clubes de robótica o ingeniería.
→ Entrenamiento de fluidez emocional: «La verdadera fuerza es reconocer tu estrés, no enmascararlo con vapor». - Para jóvenes LGBTQ+
→ Espacios seguros con herramientas de afrontamiento que afirman la identidad (arte, activismo) no vinculadas al consumo de sustancias.
→ Mentores queer que modelan la resiliencia sin nicotina. - Políticas Activas
→ Prohibir toda promoción del vapeo en redes sociales, especialmente las colaboraciones con influencers.
→ Financiar programas de cesación específicos para cada género en las escuelas, reconociendo los desencadenantes divergentes.
6. El Camino a Seguir: La Presión de Grupo No Es el Destino
La presión de grupo en el vapeo se nutre de necesidades insatisfechas: chicas que buscan alivio, chicos que buscan confianza, jóvenes queer que buscan pertenencia. Al abordar estas necesidades antes de que los vapeadores llenen el vacío, y al exponer las tácticas de manipulación de género de la industria del vapeo, podemos transformar la cultura de grupo de un vector de adicción a una red de apoyo. El objetivo no es solo una juventud libre de humo; se trata de jóvenes lo suficientemente resilientes como para reescribir los guiones que la sociedad les ha impuesto.
- Referencias y lecturas adicionales
- Encuesta Nacada sobre estudiantes universitarias (Kenia)
- Teoría de redes sociales y vapeo en la escuela secundaria
- Disparidades en el vapeo LGBTQ+ (Director General de Salud Pública de EE. UU.)
- Estudio interseccional sobre raza, sexualidad y vapeo
- Marketing de tabaco dirigido a mujeres (Sociedad del Cáncer de Taiwán)
- Patrones sociodemográficos de vapeo (Estudio de EE. UU. de 2023)
- Promoción de vapeo con perspectiva de género en Instagram
- Vapeo como crítica de la «moda» (Análisis de políticas sobre China)